Nano Stern llega desde Chile con la certeza “de que lo nuevo nace desde la raíz”
El trovador chileno Nano Stern, una de las voces salientes de la nueva canción iberoamericana, tocará en La Plata y Buenos Aires, donde se unirá a músicos locales con los que comparte “la certeza de que lo nuevo nace desde la raíz”, según postuló.
Durante una entrevista con Télam, Stern definió el perfil estético que cultiva y comparte con otros músicos de la región indicando que “a la tradición hay que conocerla y quererla pero también faltarle un poco el respeto”.
El músico nacido el 30 de marzo de 1985 en Santiago de Chile combina en su sonido el canto popular, la trova, el folk y el rock en una mistura desde la que publicó nueve discos entre 2006 y 2017.
En ese tránsito compartió sonidos con Joan Báez, Susana Baca, Marta Gómez, Inti Illimani, Quilapayún, Pedro Aznar y Jorge Drexler y fue el único artista extranjero que participó en la última edición del Festival de Folclore de Cosquín, donde se unió en la misma velada con el santiagueño Raly Barrionuevo.
Ahora Stern regresa para presentarse el sábado 16 a las 21 en Guajira (Calle 49 entre 4 y 5, La Plata), donde también actuará el grupo Duratierra. Mientras que el domingo 17, a partir de las 20 en el Auditorio de la Usina del Arte (Caffarena 1, Ciudad de Buenos Aires), actuará en compañía de “Bruja” Salguero, Luciana Jury y Micaela Vita.
“Por todas ellas siento una gran admiración… Son artistas que se entregan por completo a su canto y cuya pasión es incendiaria y telúrica”, resaltó el multinstrumentista acerca de estos encuentros que vienen a ser una pequeña muestra local de lo que propone en su tierra con el Festival “Brotes de Invierno”.
Télam: Su música contiene diversos afluentes ¿Hay alguna casilla en la que le gustaría ser colocado pese el eclecticismo que lo habita?
Nano Stern: Sinceramente, no. “Ecléctico” es una palabra hermosa viene a decir que alguien o algo toma de muchas fuentes sin dejar que un dogma lo limite, y me siento cómodo en ese lugar. Vivimos en una era en donde tenemos acceso a tanta música (y a tanta información de todo tipo) que me parecería absurdo crear desde el encasillamiento. Nosotros somos la primera generación que creció con acceso a internet, y por lo mismo, siento que es natural que a la hora de crear, lo hagamos desde el desprejuicio y la multiplicidad de influencias, vertientes y estéticas que resulta de ese acceso exponencialmente mayor a diferentes contenidos, ideas y sonidos.
T: ¿Cuál es el balance que hace de su primer paso por el Festival de Cosquín?
NS: De absoluta gratitud y satisfacción por el trabajo que hicimos. Estas instancias televisadas son un poco como las olimpiadas. El show duró 25 minutos, y estuvimos muchos meses trabajando en él. Hay una alegría muy profunda cuando todo sale bien. Mi intención con esta primera vez era generar un gran abrazo transandino, y esa fue exactamente la sensación con la que quedamos.
T: Al respecto ¿Cómo define su vínculo con el público argentino?
NS: Me siento misteriosamente en casa en los escenarios argentinos. El decir que somos pueblos hermanos es un cliché que esconde muchas verdades, y puedo dar fe de ello. Creo que el público argentino es particularmente apasionado y hay una especie de militancia musical que en Chile no he visto.