martes, 22 octubre, 2024

«La Venecia del norte»: el pueblo donde se esconden las hadas y no hay autos

Hay un pueblo que es el favorito de las hadas. Giethoorn está Holanda y es conocido como «La Venecia del norte». Está a medio camino entre la residencia de los hobbits de «El señor de los anillos», y los cuentos de los hermanos Grimn. Sus canales y 180 puentes de madera, que hacen muchos años eran necesarios para mover al ganado, reciben ahora a miles de turistas.

Su popularidad explotó en 1958 con «Fanfare», una de las películas holandesas más vistas de todos los tiempos y que retrató su singular imagen. Turistas holandeses, belgas y alemanes se empezaron a dejar ver, provocando el florecimiento de restaurantes y tiendas. Hoy en día, el crecimiento de visitantes viene, sobre todo, de países asiáticos y árabes.

Al norte de los Países Bajos, este pequeño pueblo vive entre el más puro aire libre. Giethoorn tiene esa belleza de los pequeños pueblos del norte de Europa, llenos de césped, árboles, caminos y ventanas coloridas.

Giethoorn, Holanda AleksandarGeorgiev / Getty Images/iStockphoto

Giethoorn no solo parece el escenario de un óleo impresionista al que solo falta enmarcar, sino que es un pueblo donde los coches prácticamente no existen. Sus poco más de 2.600 habitantes no utilizan el carnet de conducir.

La tierra y el agua conviven en este entorno sin más intermediarios que los brazos y las piernas de los habitantes. Aquí se camina o se navega. En este pueblo de la provincia de Overijssel está prohibido tener coche. Así lo han establecido las autoridades para que su belleza siga floreciendo en esplendor.

No es que los que tienen vehículo se tiene que ir, los vecinos pueden seguir uso de él, pero siempre a partir una cierta distancia del pueblo. Por lo que deben dejarlo en las afueras y volver a casa andando, en canoa o en bicicleta.

Concretamente, el medio de transporte favorito entre el vecindario de Giethoorn no es la bicicleta, sino el llamado punter, un pequeño barco de madera impulsado mediante una pértiga o por motor.

Por su ubicación geográfica y sus características, no es de extrañarse que las peculiares calles de Giethoorn se conviertan en enormes pistas de hielo cuando llega el invierno. Que no haya autos, resulta incluso curioso en casos como estos, ya que dejan libre toda la vía para los amantes de los patines. Cada año, con las bajas temperaturas, familias y visitantes aprovechan para pasar las tardes sobre las aguas congeladas.

Las actividades que pueden realizarse en Giethoorn son variadas, y van cambiando de acuerdo a la estación del año. En el verano, los deportes acuáticos.

Ofrece postales para los aficionados a la fotografía, con su espíritu tan especial une con armonía la rutina de la población, con el alma marítima y el relax de pasear por los canales.

Hay varios festivales que se llevan a cabo en este pueblito en el transcurso del año, algunos dedicados a la música y otros a deportes acuáticos. De Oude Aarde es también una de las mayores atracciones, donde se puede explorar una exhibición sobre gemas, minerales y fósiles que se coleccionan en este museo desde 1969.

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