En un giro sorprendente en el caso del homicidio de Franco Gavilán, ocurrido el 27 de enero de 2017 en la vecina localidad de El Bolsón, un acusado, previamente absuelto, enfrenta nuevamente la mirada inclemente de la justicia. Esta mañana, en la sala del tribunal, se llevó a cabo el segundo juicio contra este individuo, acusado ahora como partícipe secundario en el fatídico incidente que conmocionó a la comunidad hace más de seis años.
El retorno a la sala de audiencias fue el resultado de la anulación de la absolución previa por parte de la Cámara Criminal Primera de Bariloche. La anulación se produjo tras una cuidadosa evaluación de las argumentaciones presentadas por el Ministerio Público Fiscal y la parte querellante, quienes insistieron en la implicación del acusado en el crimen de Gavilán.
El tribunal, ahora conformado por un nuevo conjunto de jueces, se dispuso a revisar los eventos de esa trágica noche de verano. El fiscal jefe, en su declaración inicial, presentó un resumen vívido y detallado de los hechos. Se refirió a los tres personajes centrales en esta historia: la víctima, Franco Gavilán, cuya vida fue segada por un disparo en el cuello que destrozó su arteria carótida; el autor material del homicidio, Adrián Javier Matlaszuk, ya condenado a 12 años de prisión por el asesinato; y el acusado actual, Emilio Ismael Aguilar, señalado como partícipe secundario.
Durante la jornada, los vecinos de El Bolsón, testigos involuntarios de la tragedia, relataron sus experiencias y recuerdos de aquel fatídico día. Entre tanto, el acusado defendió su inocencia ante el tribunal, negando vehementemente las acusaciones en su contra y presentando su versión de los acontecimientos.
La fiscalía, respaldada por la evidencia recabada y los testimonios presentados, solicitó una pena de seis años de prisión para el acusado, basándose en su participación secundaria en el incidente, de acuerdo con el artículo 46 y 79 del Código Penal. En respuesta, la defensa del acusado argumentó en favor de la absolución de su cliente, insistiendo en la falta de pruebas concluyentes que lo vinculen directamente al crimen.
Según la acusación, el fatal encuentro tuvo lugar en el Paraje de Mallín Ahogado, cerca de un puesto de venta de choripanes, cuando una disputa verbal escaló rápidamente a violencia física. Franco Gavilán, en un intento por defenderse, extrajo un arma blanca, desencadenando una serie de eventos que culminaron en su trágica muerte.
Uno de los agresores, armado con un arma de fuego, persiguió implacablemente a Gavilán hasta que un disparo certero segó su vida. Los acusados intentaron huir después del crimen, descartando el arma utilizada en el camino, pero la policía logró su detención, tras una intensa persecución. (ANB)