Con fuertes críticas al gobierno de Javier Milei, por el discurso sobre la dictadura, la negación de la cifra de 30 mil desaparecidos y también por el plan económico y el ajuste, el kirchnerismo marchó desde el Museo ESMA hasta confluir con otras organizaciones en la Plaza de Mayo. La movilización apuntó a enlazar a la administración actual con el programa de José Martínez de Hoz, y quedó atravesada por la discusión interna en Unión por la Patria vinculada al acuerdo con el FMI.
Como en cada aniversario del golpe desde 2017, La Cámpora movilizó con una caminata de unos 13 kilómetros, encabezada por Máximo Kirchner. “Desde la primera magistratura del Estado se pone en duda la tragedia que fue para el país”, cuestionó el diputado cuando la caravana se acercaba por Santa Fe a la avenida 9 de Julio.
“Hay una situación de desprecio no sólo por el pasado, por las desapariciones, las torturas, las apropiaciones, también en el presente por la gente, como si no pudiera haber un grado de empatía con el dolor, el sufrimiento y la esperanza de los argentinos”, enseguida hizo más abarcativa su carga contra Milei.
Un rato antes, ya iniciada la marcha, el Gobierno había difundido el video en el que negó el número de 30 mil desaparecidos, con testimonios que aludieron a una “guerra”, equipararon el terrorismo de Estado con los atentados guerrilleros y criticaron la política de Derechos Humanos de Néstor y Cristina Kirchner. Máximo y otros referentes de La Cámpora aseguraron que no lo habían visto, pero que estaba en línea con el discurso oficial y en particular con la posición de Victoria Villarruel. Lo consideraron “una nueva provocación”.
Por momentos agobiante por el sol del mediodía, la caminata a la que según los organizadores asistieron unas 35 mil personas demandó unas cinco horas, con un clima más efusivo en el túnel de Libertador y en el tramo sobre Santa Fe, y sin incidentes salvo algunos huevos y bombitas de agua que tiraron desde algunos balcones. Los principales dirigentes cada tanto subían a un micro delante de la caravana a hacer declaraciones.
“Villarruel reivindica a los genocidas y a un modelo económico que fundió a la Argentina con Martínez de Hoz”, aseguró Wado de Pedro, uno de los que trazó un paralelismo entre el Gobierno y la dictadura, con el menemismo y la gestión de Mauricio Macri como otras gestiones en la misma dirección. “Ya se sabe que no funciona tomar deuda, ajustar a cualquier costo. La miseria planificada con los mismos actores. Hoy no es Cavallo sino Caputo y Sturzenegger”, completó el senador.
Máximo Kirchner, Mayra Mendoza y otros arremetieron contra el acuerdo con el FMI, una bisagra que expuso todavía más la interna en el gobierno de Alberto Fernández. El jefe de La Cámpora, que en ese momento dejó la presidencia del bloque de diputados, insistió en que según su mirada esa renegociación resultó determinante para la derrota electoral del Frente de Todos.
“La sociedad vio que ese acuerdo lo votaron las dos fuerzas mayoritarias, Cambiemos en su totalidad y Unión por la Patria una parte, y ahora Milei es presidente”, comparó.
El diputado advirtió sobre un aumento de la violencia intrafamiliar y en los delitos por las medidas económicas del Gobierno. “Lo que dicen lo hacen. No hay tanta distancia entre la palabra y la acción política, como sí nos pasó a nosotros desde 2021 en adelante. Hay un daño en el presente, pero el daño más grande es hacia el futuro”, profundizo las críticas a Milei, cruzadas por la reciente gestión fallida del Frente de Todos y el debate en el que entró el PJ, escenificado en el congreso del viernes en el microestadio de Ferro.
“Nunca gobernó tan pocas provincias el justicialismo, sin proscripción como tuvo Perón. Hoy quedan cinco o seis gobernadores, no más. El peronismo tiene que dar una fuerte discusión interna, pero no para los medios de comunicación. Si no se hace, va a ser problemático”, dijo a Clarín sobre el rol del espacio en esta etapa, y adelantó: “Queremos un peronismo que represente, que tenga una propuesta clara, que diga qué se va a hacer con la deuda, cómo va a afrontar el rol de oposición al gobierno de Milei”.
En la marcha hubo intendentes como Mendoza, Julián Alvarez y Federico Achaval, las diputadas Paula Penacca y Florencia Carignano, y otros dirigentes como Horacio Pietragalla, ex secretario de Derechos Humanos, que aseguró que Milei se expondría a un juicio político en caso de indultos u otros beneficios a condenados por delitos de lesa humanidad. También participó Amado Boudou, por momentos eufórico con los cantitos de La Cámpora.
En el final intentaron apurar el paso para llegar a la Plaza de Mayo para la lectura del documento de los organismos de Derechos Humanos, pero en Diagonal Norte la caminata se hizo más lenta por las otras columnas y la concurrencia masiva.
En el texto leído por Estela de Carlotto, Taty Almeida y Adolfo Pérez Esquivel calificaron al Gobierno como “neofascista” y cuestionaron “el plan de ajuste más despiadado” desde la recuperación de la democracia. “Es la reedición de la miseria planificada de Martínez de Hoz”, coincidieron sobre ese eje discursivo.