El Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC, por sus siglas en inglés) de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) ha emitido una alerta por tormentas geomagnéticas que coinciden con la celebración de Acción de Gracias. Según las previsiones climáticas, es posible que los días jueves 28 y viernes 29 de noviembre se puedan ver auroras boreales en diferentes partes de Estados Unidos.
De acuerdo con lo informado por los especialistas, estos eventos ocurren “cuando hay un intercambio muy eficiente de energía del viento solar hacia el entorno espacial que rodea la Tierra”. “Las tormentas más grandes que resultan de estas condiciones están asociadas con las eyecciones de masa coronal solar (CME, por sus siglas en inglés), donde llegan a la Tierra alrededor de mil millones de toneladas de plasma del sol, con su campo magnético incrustado”, indica el portal oficial. Y allí es cuando se provocan, en algunos casos, las llamativas auroras boreales.
Cabe destacar que, las CME generalmente tardan varios días en llegar a la Tierra. En este caso, la tormenta ocurrió el pasado lunes, pero los efectos se verán recién entre este jueves y el viernes 29 de noviembre.
Según el informe del SWPC, este jueves se espera una tormenta de categoría G1 (menor), mientras que para el 29 de noviembre el nivel se eleva a G2 (moderado). De esta forma, algunas familias estadounidenses pueden llegar a disfrutar de un gran espectáculo en el cielo justo en el esperado Thanksgiving.
Es que, uno de los efectos de estas tormentas es la posibilidad de observar auroras boreales en regiones poco comunes. Según la NOAA, estas luces podrían ser visibles en áreas del norte y centro de Estados Unidos, principalmente en estados como Nueva York, Idaho y partes del Medio Oeste superior. Este tipo de eventos no solo despiertan el interés de los aficionados a la astronomía, sino también de científicos que estudian el comportamiento del Sol y su influencia en el entorno espacial de la Tierra.
Además de las auroras, estas tormentas pueden tener implicaciones técnicas. Las perturbaciones geomagnéticas pueden afectar las redes eléctricas, sistemas de satélites y comunicaciones de radio, especialmente en las regiones más cercanas a los polos. Aunque los niveles G1 y G2 no suelen causar daños significativos, las autoridades monitorean de cerca estos eventos para mitigar posibles riesgos.