El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue sometido exitosamente a una embolización de la arteria meníngea media hoy por la mañana en el Hospital Sirio-Libanés, en San Pablo. El martes había sido sometido a una craneotomía para drenar el hematoma cerebral que le detectaron tras una caída doméstica que sufrió el 19 de octubre.
La intervención realizada hoy comenzó alrededor de las 7:25 y tuvo como objetivo minimizar el riesgo de futuras hemorragias intracraneales. Según el doctor Roberto Kalil, cardiólogo del mandatario, se trató de un procedimiento relativamente sencillo y de bajo riesgo, que duró aproximadamente una hora y se realizó en la sala de cateterismo, no en un quirófano.
“El procedimiento fue un éxito, ya está despierto y hablando. Ahora irá a la misma cama que estaba en la Unidad de Cuidados Intensivos”, detalló el doctor Kalil tras la intervención, según informó el diario O Globo.
Ante la consulta de Infobae el neurólogo Alejandro Andersson, director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), explicó que “la embolización es un procedimiento endovascular, lo que significa que se realiza dentro de los vasos sanguíneos”. Es una técnica que ofrece ventajas en comparación con las cirugías abiertas tradicionales.
Andersson enfatizó en que se trata de un método menos invasivo, tiene un tiempo de recuperación más corto y una alta precisión para tratar vasos específicos. Su objetivo principal es prevenir recurrencias de sangrado y reducir el riesgo de complicaciones graves: “Ayuda a evitar nuevos hematomas y reduce la necesidad de cirugías invasivas futuras”.
El equipo médico informó que internación de Lula no debería prolongarse debido a esta nueva intervención, según informó el diario O Globo. Se espera que salga de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en los próximos dos días y regrese a Brasilia la próxima semana. Según declaraciones de su esposa, Janja Lula da Silva, el mandatario se encuentra en buen estado y “volverá renovado para seguir trabajando”.
La técnica implicó la introducción de un catéter a través de una punción en la ingle, guiado hasta la arteria meníngea media mediante imágenes en tiempo real. El cierre de los pequeños vasos sanguíneos por donde fluye la sangre se realizó con precisión, utilizando un agente embolizante que garantiza la obstrucción eficaz de la arteria afectada.
El médico neurocirujano y director del Laboratorio de Neuroanatomía Microquirúrgica de la Universidad de Buenos Aires, Matías Baldoncini señaló a Infobae los detalles de la técnica utilizada en la segunda intervención de Lula: “El bloqueo de la arteria meníngea media se realiza mediante una técnica endovascular, que consiste en acceder a través de un pinchazo en una arteria para cerrarla desde el interior utilizando un agente llamado Onyx. Este material funciona como un tapón que se solidifica dentro de la arteria”.
“La arteria meníngea media es una arteria que suministra sangre a las meninges, las membranas que recubren y protegen el cerebro. Como se encuentra dentro del cráneo, cualquier daño o ruptura de esta arteria puede provocar hemorragias subdurales (sangrado entre el cerebro y las meninges)”, agregó Andersson.
Esta técnica es comúnmente empleada en pacientes que han sido sometidos a drenaje de hematomas cerebrales, como ocurrió con Lula hace dos días. Además, puede realizarse bajo sedación o anestesia general, decisión tomada en el momento del procedimiento según las condiciones del paciente.
El diario O Globo remarcó que la embolización de la arteria meníngea media es una técnica moderna que, como destacó el equipo médico, no se considera una cirugía tradicional. Este procedimiento es particularmente innovador porque permite tratar las hemorragias intracraneales de manera menos invasiva, con alta precisión y un tiempo de recuperación reducido. Su aplicación en Lula refuerza su eficacia como método de prevención de complicaciones graves en pacientes con hematomas subdurales crónicos.
Aunque se considera seguro, la embolización conlleva ciertos riesgos, como infecciones, reacciones alérgicas al material embolizante, daños a otros vasos sanguíneos o sangrado en el sitio de inserción del catéter. Para minimizar estos riesgos, los médicos aplican presión en el lugar de la punción tras retirar el catéter.
En términos generales, la recuperación de los pacientes sometidos a una embolización suele ser favorable, siempre que no existan otras enfermedades que compliquen el cuadro clínico. Baldoncini afirmó: “Algunos pacientes pueden requerir rehabilitación con kinesiología tras la cirugía, pero el proceso de recuperación es exitoso en la mayoría de los casos”.
Este procedimiento destaca por ser una alternativa moderna y menos invasiva para tratar hemorragias intracraneales, reduciendo la necesidad de intervenciones quirúrgicas tradicionales que implican mayores riesgos y tiempos de recuperación más prolongados. Además, su capacidad para ser guiado por imágenes en tiempo real asegura una intervención precisa y eficaz, lo que lo convierte en un avance clave en el tratamiento de hematomas subdurales crónicos.