A dos semanas del paro general que la Confederación General del Trabajo (CGT) convocó para el jueves 10 de abril, Juan Carlos Schmid analizó el rol del sindicalismo en la actualidad y aseguró que el retroceso del movimiento gremial da lugar a que aparezcan “voces cada vez más autoritarias”. “Estamos obligados a tener una nueva mirada y a articular nuestras demandas con otros sectores de la sociedad”, expresó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Juan Carlos Smith es secretario general del Sindicato del Personal de Dragado y Balizamiento, secretario general de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte, secretario general de la Federación Marítima Portuaria y de la Industria Naval de la República Argentina, y exsecretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT).
Me gustaría un repaso suyo sobre el paro de transporte, el paro de la CGT y las movilizaciones de los jubilados.
Esto no les gusta a los autoritarios
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Es muy lindo el tango con el que me recibieron y creo que eso va a ser el reflejo de lo que va a suceder si (Federico) Sturzenegger termina triunfando con su proyecto de desregulación del área portuaria y marítima. El paisaje que va a quedar es justamente el que describe Roberto Goyeneche en “Niebla del Riachuelo” con tanta melancolía, en un país que supo tener una de las flotas más importantes del continente y que debería tener estratégicamente por su ubicación geoeconómica al sur del continente. Cuando se llega acá no se va más a ningún lado, es el final de la ruta.
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Ayer estuve mirando su columna en Perfil. Alguna vez hablamos de esto y comparto varios tramos de su apreciación porque, indudablemente, hoy el movimiento sindical no tiene la influencia que tuvo en otras etapas históricas. Esto es producto de los cambios tecnológicos, de las nuevas formas de producción y, entre otras cosas, de las conductas zigzagueantes que ha tenido el propio movimiento obrero. Sin embargo, sigue siendo un elemento de influencia en los acontecimientos políticos.
Habría que preguntarse si el retroceso del movimiento sindical en el mundo ha contribuido a que haya una mejor democracia, más igualdad y mayor libertad, ya que estamos en un Gobierno que encarna eso como un dogma. Yo creo que no, porque se achican las libertades y aparecen voces cada vez más autoritarias. Indudablemente, esto, junto con la crisis de los partidos políticos y un cambio de mentalidad de gran parte de la población, nos trae los fenómenos que estamos viendo hoy, que no son patrimonio de la Argentina nada más, sino de gran parte del mundo.
Aquí la gran niebla en el riachuelo del mundo fue que los mismos que hacían el Occupy Wall Street con carteles que decían «soy el 99%» -porque se hablaba de que el 1% de los más ricos habían concentrado todos los incrementos de producto bruto que se produjeron después de la caída del muro de Berlín- son los mismos que fueron a ocupar el Capitolio. En lugar de agarrársela con el 1% más rico, se la agarraron con los políticos. Hoy, con la economía digital en la nube, el dinero y los negocios no están en los países. En el momento en que los obreros estaban en fábricas, el sindicalismo fue la respuesta. El problema que enfrenta ahora el sindicalismo es el mismo que enfrentan los gobiernos, que es que la riqueza no se concentra en un lugar determinado, sino en la nube, y en la nube no hay sindicatos. Esto no quiere decir que los sindicatos no tengan peso, pero ya no logran ser el elemento determinante.
No, por supuesto, porque muchas de las cuestiones ya se habrían resuelto si no fuese así. Yo suelo decir en el debate interno que los sindicatos tenemos que reconocer cuáles son nuestros límites. Está claro que tenemos límites y que no tenemos la fortaleza que teníamos anteriormente. Por lo tanto, estamos obligados a tener una nueva mirada sobre esto que acaba usted de describir pero, además, articular nuestras demandas con otros sectores de la sociedad. Tarea muy difícil, y más difícil aún cuando encontramos una clase política que está de rodillas. Lo que ocurre dentro del Congreso Nacional es bochornoso. Votar préstamos de una trascendencia tan grande que usted y yo ya no vamos a estar en este mundo y el país va a seguir endeudado, me parece de una cobardía y de una pobreza intelectual, política e histórica gigantesca. La dificultad que tenemos es enorme y, por lo tanto, estamos navegando en las tinieblas y con el radar apagado. Este es el problema que tenemos.
Voy a hacer una reflexión en ese sentido. Los diputados no oficialistas, dialoguistas, que estaban en contra de lo que votaron luego afirmativamente, se sentían presionados por la opinión pública que diría que por su culpa, ahora el dólar aumenta o la economía se desvanece porque el Gobierno careció del apoyo suficiente. Por el otro lado, siento que los conductores de la CGT sienten la presión de la gente que les cuestiona que no hagan una protesta. Cada uno siente la presión de la gente, y en nuestra profesión sucede lo mismo. Hay una dictadura de las audiencias, de los votantes y de los afiliados, y una pérdida de poder de la dirigencia.
Eso viene sucediendo en los últimos tramos de la historia política como consecuencia también de la multiplicación de las imágenes en los medios masivos de comunicación. Este extravío de parte de la dirigencia no lo crea la prensa, está a flor de piel y la gente lo visualiza inmediatamente. Además, las demandas son ahora de forma inmediata, y tanto usted como yo sabemos que hay demandas que requieren tiempo. Lo que ocurre es que han habido demasiados fracasos, uno detrás del otro, entonces ocurre esto, lo que está pasando hoy acá y en gran parte del mundo.
El aumento escandaloso de la brecha entre los ricos y los más pobres es un resultado cantado de este tipo de situaciones. Siempre ha habido pobres y más ricos, pero nunca una brecha tan escandalosa y tan obscena como la que tenemos. El otro día estaba leyendo un artículo que hablaba de “la democracia derrotada”, porque que un hombre como Elon Musk esté hoy flanqueando al presidente Donald Trump, más allá de las especulaciones que pueda haber de si quien realmente termina cortando el pastel es el político, deja muchas dudas alrededor de este momento. ¿Qué sentido profundo puede tener el sistema democrático, la ley, el Congreso, la votación, si hay personajes que manejan el Producto Bruto Interno entero de países completos, y que además, en el caso de Elon Musk, tiene el control de casi todo el sistema satelital? Es aterrador que esté pasando todo esto. En menor medida, muchas de esas cosas ocurren al interior de los países de la periferia.
Claudio Mardones: Quería preguntarle sobre la resolución administrativa número siete, firmada por Federico Sturzenegger, que instituye un plus por despedir, utilizando las unidades retributivas por las cuales se pagan los salarios en el Estado nacional. A partir de la reducción presupuestaria en materia de personal, el Ministerio de Modernización les permite contar con una serie de fondos variables para repartir entre los funcionarios. ¿Ustedes tenían alguna información al respecto?
No, no teníamos este tipo de información, pero hay un formato del gobierno que excede lo económico. Hay lo que en alguna publicación se llamó “el goce de la crueldad”. Hay una obscenidad en el funcionamiento del Gobierno, y de repente se refriega las manos cuando actúa provocando caída del nivel de empleo o de los ingresos. Acá, como muchas veces ocurre, no se mira la historia. Norma Plá estuvo batallando casi en soledad durante muchísimo tiempo, hasta que terminó quebrando aquella lógica que sostenía Cavallo, y esta movilización de los jubilados va a tener el mismo destino.
Es muy grave que todos los días aparezca en la pantalla un operativo con las fuerzas conjuntas, presionando o directamente reprimiendo a los jubilados. Nosotros los acompañamos ese día, hubo una represión feroz, y vamos a ir con toda nuestra fortaleza el miércoles 9. Yo fui a la marcha por mi vieja, que cobra 350 lucas de la pensión de mi viejo, que era metalúrgico. Eso me parece una vergüenza, y es una vergüenza que atraviesan todos los gobiernos porque este tema no lo resolvió nadie. La Argentina pone el 10% del Producto Bruto Interno en el sistema previsional y lo único que ha hecho, a lo largo de todas las administraciones, es meter parches que cada vez agravan más la situación.
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CM: En este contexto, terminó la moratoria. Hay previsto en la Cámara de Diputados un debate para el miércoles 9. ¿Cuáles son los pasos a seguir de la CGT en materia de respuesta ante el fin de la moratoria?
El departamento jurídico de la CGT está tomando cartas en el asunto en este sentido.
CM: ¿Van a litigar? ¿Van a hacer una demanda?
No estaría en condiciones de adelantarle eso hoy, pero nosotros vamos a seguir reaccionando frente a todo esto, y por eso utilicé la figura de Norma Plá. Tenemos que tener bien presente que esto atenta directamente contra la paz social porque, en mi interpretación, va a ser imposible sostener desde el Gobierno que estén allí sitiando el Congreso, empujando, cercando, reprimiendo y obstaculizando un legítimo reclamo de gente que cuánto más puede vivir. ¿Cuánto más puede vivir la gente que está allí? Esto va a ir incrementando un mayor apoyo de toda la población. En medio de todo esto, por lo tanto, como movimiento sindical, vamos a tener que reaccionar en consecuencia.
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