La muerte del Papa Francisco dejó un profundo vacío no solo entre los millones de fieles en todo el mundo, sino también en una persona muy cercana a él. Felipe Bergoglio, su sobrino-nieto, es un joven futbolista que milita en el fútbol italiano, ysoñaba con conocerlo antes de su partida de este mundo.
Hincha confeso de San Lorenzo, como lo fue su célebre pariente, Felipe comenzó su carrera en el Club Social y Deportivo Lasallano, en Córdoba. Allí se formó como jugador y llegó a integrar el plantel de Primera durante la temporada 2022 y parte de la siguiente, antes de emprender su viaje a Europa.
Actualmente juega a préstamo en el Castiglionense 1919, un modesto club ubicado en la región de la Toscana. Su ficha pertenece al Trestina, de la Serie D, equipo al que llegó a comienzos de la temporada, pero donde no logró sumar demasiados minutos.
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Felipe Bergoglio y su lazo familiar con el Papa
El parentesco entre Felipe y el Papa, Jorge Bergoglio, se establece a través del abuelo del joven, primo del pontífice. De hecho, su abuelo también se llama Jorge, como el Papa, lo que generó una confusión curiosa en Argentina cuando se lo presentó en 2013 en latín como Franciscus.
«Hubo gente que pensó que el Papa era mi abuelo. Era muy pequeño, tenía unos 10 años, pero recuerdo perfectamente ese día, esos momentos de celebración en casa. Fue increíble«, recordó en una entrevista con el diario La Nazione en agosto de 2024.
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Durante esa misma conversación, Felipe reveló que nunca llegó a conocer personalmente al Papa Francisco, aunque tenía la esperanza de un encuentro íntimo en la Santa Sede, en el Vaticano.
«Mi padre me contó que el papa Francisco preguntaba siempre por nuestra familia. Cuando todos vivíamos en Argentina, la relación era difícil por las distancias entre Buenos Aires y Córdoba, pero el vínculo siempre estuvo ahí«, explicó.
Felipe es el menor de tres hermanos. Sus hermanos mayores, Mateo y Benjamín, sí llegaron a conocer al Papa, algo que él no podrá concretar y quedará como una deuda pendiente en su vida.
El apellido que llama la atención en la cancha
En los entrenamientos y los partidos, su apellido no pasa desapercibido. Tanto compañeros como rivales suelen acercarse por la singularidad de llevar el mismo apellido que el líder de la Iglesia Católica.
«Mis compañeros me piden la bendición antes de cada partido. También cuando se lesionan. Llevo poco en Italia y ya me acostumbré. Nos reímos siempre. Ser Bergoglio es un honor y para mí no supone ninguna carga llevar este apellido«, confesó.