Si hay algo que Wanda Nara sabe hacer y muy bien es dominar el arte del show. Lo suyo no es solamente lo mediático: es escenografía, puesta en escena, impacto visual. Y lo dejó en claro otra vez este miércoles 28 de mayo, cuando asistió a su segunda audiencia de divorcio con Mauro Icardi en Milán.
Cuando todos estaban pendientes del escándalo y de lo que se hablaría en la audiencia, sabiendo que sería su reencuentro con Icardi luego de las fuertes peleas mediáticas que tuvieron en los últimos meses, Wanda convirtió una cita judicial en un espectáculo digno de una alfombra roja.
Pero lo que más llamó la atención no fue ni su look, ni sus declaraciones. Lo que se robó todas las miradas fue el auto en el que llegó al tribunal: un Lamborghini Huracán Spyder, valuado en unos 300 mil dólares. Hasta ahí, nada demasiado extraño tratándose de Wanda. El detalle que enloqueció a todos fue otro: el vehículo estaba ploteado de color rosa chicle.
Sí, como si se tratara de una escena de Legalmente rubia o de Barbie, Wanda apareció con un súper deportivo completamente tuneado a su gusto, con esa extravagancia que solo ella puede manejar a la perfección. Y las redes, como era de esperar, estallaron con opiniones encontradas.
WANDA NARA CONTÓ POR QUÉ DECIDIÓ PINTAR DE ROSA EL LAMBORGHINI DEL JUICIO CONTRA ICARDI
Mientras algunos fanáticos celebraron la audacia estética y el siempre provocador estilo de Wanda, otros lanzaron teorías mucho más filosas. ¿Fue una venganza? ¿Un mensaje en código para Icardi? ¿Una forma de marcar territorio sobre un auto que se sabía era el favorito del futbolista?
Consultada por Pepe Ochoa sobre este detalle no menor, Wanda fue tajante y despejó todas las dudas. “Me encanta plotear los autos porque es una forma de proteger la pintura. Además todos mis autos son negros… le da un toque”, lanzó la mediática, siempre ocurrente a la hora de declarar.
Con esa frase, la conductora de Telefe no solo buscó justificar su elección sino que, como siempre, esquivó las interpretaciones con una sonrisa y dejó a todos hablando de ella. Porque para ella, hasta un trámite judicial puede convertirse en una pasarela. Y si hay cámaras, que de hecho ella misma las llama, muchísimo mejor.
Mientras tanto, la causa de divorcio con Icardi sigue su curso en la justicia italiana, pero Wanda, fiel a su estilo, decidió ponerle color a un proceso que para muchos sería gris. Y lo hizo a su manera: en un Lamborghini rosa, a pura actitud.