Mientras Israel quiere imponer planes de desplazamiento masivo y una llamada “ciudad humanitaria” en Rafah, Hamás responde con apertura a un alto el fuego de 60 días impulsado por EE. UU. La agresión incorpora crecientemente las maniobras diplomáticas para doblegar al pueblo palestino.
El 4 de julio de 2025 Hamás entregó a Qatar y Egipto una respuesta positiva a la propuesta de Trump de dialogar por un alto el fuego de 60 días, que previamente había sido aceptada por Israel. Posteriormente, Hamás presentó observaciones que los sionistas definieron como “inaceptables”.
Simultáneamente, el ministro israelí Israel, Katz, presentó el plan de concentrar inicialmente a 600.000 personas desplazadas en una “ciudad humanitaria” sobre las ruinas de Rafah, con fuerte control militar, restricciones de salida, controles de afiliación a Hamás y un eventual confinamiento de los más de dos millones de habitantes de Gaza.
Esta propuesta se complementa con la liberación de unos 10 rehenes y la entrega de cadáveres, la apertura de pasos humanitarios, la supervisión internacional, la liberación de palestinos presos y otras propuestas que van y vienen entre las partes.
Hay distintas reacciones
En Tel Aviv y Jerusalén, familiares de rehenes y sectores populares presionan a Netanyahu para cerrar un acuerdo mientras que las fuerzas de ultraderecha amenazan con dimitir si se avanza sin desarme de Hamás.
El imperialismo europeo y otras potencias avalan la iniciativa norteamericana con algunas críticas parciales.
Nosotros repudiamos este nuevo proyecto colonial de transformación demográfica de partición, desplazamiento forzado, control y confinamiento de la población palestina.
Van 77 años de colonialismo brutal
De la institucionalidad sionista solo puede emanar violencia sistemática hacia los palestinos.
En 1948, (Nakba) la imposición del Estado de Israel implicó la destrucción de pueblos enteros, la expulsión forzada de más de 700.000 palestinos -Nakba- y la fundación de los primeros campos de refugiados administrados por UNRWA.
En 1967, (Naksa) con la Guerra de los Seis Días, entre 280.000 y 325.000 palestinos fueron nuevamente desplazados desde Cisjordania, Gaza y los Altos del Golán.
En 1987-1993 y 2000-2005, los colonizadores respondieron a la dos Intifadas con demoliciones de viviendas y desplazamientos internos, especialmente en campamentos como Jenin o Balata.
En Marzo–Mayo de 2025, en Cisjordania, la “Operación Muro de Hierro” desplazó aproximadamente a 44.000 personas mediante expulsiones, demoliciones y bombardeos.
En Abril–Julio 2025, en Gaza, Rafah ha sido escenario de evacuaciones masivas. En marzo, se ordenó el desalojo urgente de casi toda la ciudad (50.000 habitantes) hacia Al Mawasi.
Tiene nombre y apellido: limpieza étnica
Entonces, creerles cuando dicen que quieren montar una “ciudad humanitaria” en Rafah se ubica entre la estupidez y la complicidad.
Lo que pretenden es forzar la instalación del campo de refugiados número 59 en Medio Oriente (Palestina, Jordania, Líbano y Siria) ampliando su población a casi 6 millones de palestinos en condiciones de hacinamiento y emergencia permanente.
La memoria remite hacia los pogromos de colectivos por identidad y a los guetos racistas (1939–1945) en los que los criminales nazis recluían al pueblo judío.
Semejante racismo, avalado por EE. UU. sólo puede definirse como limpieza étnica a cara descubierta.
Junto al pueblo palestino
Ya se verá a qué resultado arriban las “conversaciones” ya que todo se maneja entre maniobras, imposiciones e incertidumbres. Lo evidente es que EE. UU. pretende imponer condiciones de sometimiento y consolidar a su gendarme en Medio Oriente, que cada tregua sionista prepara un nuevo embate y que la paz que impulsan es la paz del encierro y los cementerios árabes.
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Más allá de lo que defina Hamás, organización con la que tenemos grandes diferencias políticas e ideológicas, seguiremos solidarizándonos con el pueblo palestino. Impulsando la más amplia unidad de acción por el cese inmediato de los bombardeos, el desbloqueo de la ayuda humanitaria, el retiro de los colonizadores, por una paz sin condicionamientos para las víctimas palestinas y de castigo a los criminales de guerra israelíes. Todo en el camino de lograr la derrota del Estado de Israel y la instauración de una Palestina única, laica, no racista, democrática y socialista.
Por Rubén Tzanoff