lunes, 8 septiembre, 2025

Reacción del círculo rojo: entre el orden macro, la crisis económica y el sueño del fin de la grieta

El domingo por la noche, los chats entre empresarios estallaron. Algunos más sorprendidos y otros más preocupados por el contundente resultado electoral en provincia de Buenos Aires, se debatían por encontrar un ganador claro y el efecto en sus negocios en el mediano y largo plazo. En donde sí coincidieron fue en ver en la recuperación del radicalismo en distritos del interior bonaerense y en la rebelión de peronistas no kirchneristas una luz para el fin de la grieta. “No hay más Cristina y, si la Argentina se normaliza, nadie vota a un loco de nuevo. Si se animan y siguen adelante, la liga de gobernadores es la esperanza”, sentenciaron.

La victoria de Axel Kicillof envalentonó al gobernador bonaerense, quien ensayó un discurso de candidato presidencial en el búnker de campaña en La Plata, y alejó al retorno de Cristina Kirchner y al camporismo del poder central para 2027. Pero sus críticas al establishment económico lo posicionaron como un actor de reemplazo en el juego de la grieta: “No es Cristina, pero es el nuevo representante del kirchnerismo, con los mismos modales y los mismos pensamientos antiempresario”, se quejó un representante en diálogo con PERFIL.

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Para el círculo rojo, “la era Milei es fugaz”, a menos que haya un cambio de matriz en su concepción política y económica. “No va a cambiar y eso significará el fin de su Gobierno. Pero lo que debemos valorar es el orden macroeconómico que dejará de herencia, algo que ya se transformó en el consenso del futuro. Si se normaliza el país, nadie va a votar de nuevo a un loco (en referencia a Milei), pero sí se valorará la estabilización. Y esa será la posibilidad de los gobernadores, peronistas y radicales, quienes son la llave para un futuro sin grieta. Ya demostraron que impusieron la agenda en el Congreso. Si se animan, la Argentina cambia en serio”, analizó ante este medio el líder de una de las empresas más poderosas del país.

La UIA pide una agenda que incluya a la industria

La derrota de Milei en Buenos Aires entusiasmó la posibilidad de cambios en materia económica. No en términos de macroeconómicos, sino en realidades territoriales y sectoriales de la producción nacional. Y lo dejó en claro el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Martín Rappallini: “Nuestra postura es clara: no cambia con el resultado electoral. Venimos planteando una agenda consistente que pone el foco en lo que la industria necesita para crecer y desarrollarse. Eso significa bajar la inflación, ordenar la macroeconomía y tener las cuentas públicas en equilibrio, pero al mismo tiempo atender los problemas microeconómicos que condicionan la competitividad”.

El jefe de los industriales reclamó que el Gobierno tome en su agenda los problemas que provoca el dumping y el contrabando, “que afectan directamente a la producción nacional”. Pero avanzó en política monetaria y exigió “reducir las tasas de interés, porque en los niveles actuales resulta inviable para cualquier empresa invertir o financiar capital de trabajo”. “Otro punto clave es garantizar el cumplimiento de los reglamentos técnicos dentro de la Argentina para asegurar condiciones de competencia leal. Y, por supuesto, enfrentar la caída de actividad en muchos sectores, que requiere políticas de reactivación”, aseguró.

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Rappallini esquivó el contexto electoral para evitar que su postura quede entrampada en la pelea entre el peronismo bonaerense y el oficialismo libertario. Por eso aclaró que ese esquema de reclamos y propuestas, que están en el decálogo productivo que presentó la semana pasada en Córdoba, “es la visión” de la entidad “más allá de las coyunturas políticas”. “Ordenar la macro y resolver los problemas micro, con modernización laboral y reformas fiscales pendientes, para construir una industria fuerte, competitiva y capaz de generar desarrollo para todo el país”, enfatizó.

El apoyo de la CAC y la esperanza de un respaldo nacional

El presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), Mario Grinman, relativizó la victoria de Kicillof y buscó atemperar la crisis política por la derrota del oficialismo. “La provincia ‘es peronista’, en el sentido de que el PJ suele ganar. Desde la vuelta de la democracia, solo hubo dos gobiernos no peronistas, (Alejandro) Armendáriz y (María Eugenia) Vidal; después, todo PJ. Por lo tanto no es sorprendente que gane el peronismo”, aclaró.

En declaraciones a PERFIL, Grinman buscó desalentar una corrida cambiaria poselectoral, como sucedió hace seis años: “Teniendo en cuenta el peso del electorado, 40%, algunos lo pueden comparar con las PASO del 2019, cuando Alberto Fernández le gana a Mauricio Macri, y al otro día se derrumbaron los mercados y subió el dólar. No hay que dramatizar, es una elección legislativa, no presidencial”.

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El jefe de la entidad mercantil aseveró que “el orden macro actual es más sólido” que el de 2019, y recordó que “con Macri había déficit”. Y se animó a recomendar los próximos pasos de la gestión libertaria: “Lo que debería hacer el Gobierno es ratificar el rumbo de la macro y buscar consensos que lo ayuden en la política y despegarse de los provocadores insensatos. Y, a la vez, hacer los mayores esfuerzos para que los frutos del bienvenido ordenamiento de la economía se hagan extensivos a la mayor parte de la ciudadanía”.

“Es innegable que a pesar de los positivos efectos de la baja inflacionaria y de la sensatez de la política económica, hay una parte significativa de la población que aún padece por los desaciertos de las últimas décadas. Posiblemente el resultado de las urnas tenga que ver con este sentir de vastos sectores de la ciudadanía bonaerense”, explicó Grinman.

ML

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