Los hechos de violencia en Rosario se reiteran. Esta vez, tras una serie de ataques y amenazas de muerte a los choferes de colectivo, la Unión Tranviaria Automotor (UTA) de esa ciudad decidió suspender el transporte de pasajeros durante la noche de este lunes y hasta las 6 de la mañana del martes. La gota que rebalsó el vaso fue la difusión de una escalofriante carta en la que los agresores prometen asesinar a más colectiveros.
La misteriosa carta fue fotografiada y enviada a diferentes líneas de colectivos. A su vez, se registraron llamados que iban en el mismo tono en el que aseguraban que iban a sucederse nuevos asesinatos como los ocurridos en las primeas semanas de marzo, cuando murieron dos taxistas, un colectivero y un playero de estación de servicio producto de disparos en la cabeza a manos del crimen organizado rosarino.
El nuevo mensaje, escrito con letras negras, sobre lo que parece ser un texto religioso parroquial dice: “Muerte a colectiveros. Con nosotros no se juega”.
Según confirmaron fuentes oficiales a LA NACION, además de las amenazas hubo una serie de amenazas que se sucedieron en el lapso de una hora este lunes a la noche. “Hubo un ataque con un balazo, otro con un piedrazo, otro de un ladrón en un colectivo y otro en el que una chofer escuchó detonaciones”, explicaron desde la Municipalidad a este medio. Por su parte, los taxistas se sumaron a la acción de prevención de los conductores y tampoco salieron a las calles.
Hace dos semanas, tras el brutal asesinato a sangre fría de Bruno Bussanich en la estación de servicio del barrio Belgrano de Rosario, también circuló un fuerte mensaje intimidatorio. “Esta guerra no es por territorio, es contra Pullaro y Cococcioni. Así como nosotros llegamos a 300 muertos, estando unidos vamos a matar más inocentes por año”, arrancaba el texto que tenía como destinatarios al gobernador y el ministro de Seguridad provinciales y que, además, recuerda la alarmante cifra de muertos baleados en Rosario el año pasado.
“Nosotros no queremos celulares, queremos nuestros derechos. Ver a nuestros hijos y familia y que se los respete. No queremos negociar nada. Queremos nuestros derechos. Esto es para todos los presos, pabellones y cárceles”, continuaba antes de cerrar: “Basta de seguir humillando con la familia. Pullaro y Cococcioni, carguen con muertes inocentes. Atentamente: Zona norte, zona sur, zona oeste, unidos”.
Más cerca en el tiempo, hace apenas un día, circuló otro aterrador mensaje, esta vez dirigido al futbolista de la selección Ángel Di María. “Ni Maximiliano Pullaro te va a salvar”, fue la amenaza que apareció en la puerta del country Funes Hills, donde el jugador que se rumoreaba para llegar a Rosario Central, donde hizo las inferiores, vive con su familia cuando visita Rosario. La nota intimidatoria fue arrojada desde un auto en una bolsa negra.
Como consecuencia de los ataques, asesinatos y amenazas el gobierno nacional junto al provincial motorizaron un fuerte despliegue de personal de las Fuerzas de Seguridad en el área con la intención de aminorar la agresividad de las bandas del narcotráfico y así encontrar a los cómplices y autores de los homicidios.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, con el apoyo del presidente Javier Milei y del ministro de Defensa, Luis Petri, planteó la posibilidad de reformar la ley de Seguridad Interior con la intención de que las Fuerzas Armadas puedan realizar trabajos no solo disuasorios o logísticos en la zona, sino de control y defensa del territorio ante la avanzada narco.
LA NACION