El exigente calendario lo sufren todos, pero los que menos recursos tienen (variantes, calidad y cantidad), evidentemente, un poco más. San Lorenzo es uno de ellos. Toda una curiosidad: es uno de los cinco grandes del fútbol argentino. Sin embargo, en los últimos largos años, sin dinero, agobiado por las deudas y con unas divisiones juveniles de relativa jerarquía, se arregla con lo puesto. Nada mal, en realidad: con el Gallego Insua al mando se clasificó para la Copa Libertadores, aunque en los campeonatos domésticos no levanta la vara. No los pelea hasta el final.
Ocurrió en el torneo anterior y, en esta Copa de la Liga: el Ciclón quedó rápidamente eliminado. Entonces, debe tomar una drástica decisión. ¿Qué hacer contra Defensa y Justicia, en su casa, cuando la Libertadores se lleva todo el interés? Jugar con un equipo alternativo, con piezas que no suelen actuar. Algunos, ni siquiera integran el banco de los suplentes. Pasó Palmeiras, con un empate con sabor a poco (el Ciclón jugó muy bien frente al equipo alternativo paulista) y se viene Independiente del Valle. La altura y… esa exigencia con otro sabor. La gente, de todos modos, le dio un gran marco al Nuevo Gasómetro: hay que estar en las buenas y en las malas, con las figuras de siempre y con valores que hacía meses que no se ponían la camiseta desde el primer minuto.
Una amplia muestra: Chila Gómez, Roca Sánchez, Eric Remedi, Iván Tapia, Ezequiel Cerutti y Alexis Cuello, entre otros. Hasta estuvo en el banco Sebastián Blanco, a los 36 años y con el físico a contramano de su interminable calidad. Se notó, en buena parte del recorrido, esa falta de continuidad: el fútbol argentino es tan exigente que no ponerse los botines por un tiempo determinado puede ser todo un problema. Lo fue, evidentemente.
Horas antes, Insua (cuestionado por algunos por el desempeño global en la derrota en la Bombonera) confirmó el descanso de los titulares, ya que este lunes, la delegación viajará a Quito. “Independiente del Valle, junto a Palmeiras, son los equipos del continente que más títulos ganaron a nivel internacional”, advirtió el DT, en referencia al duro calendario que le tocó al Ciclón en la primera etapa de la Libertadores.
Decía el DT: “No nos fijamos en la altura sino en las características del rival, la conducta del rival, el resto no nos preocupa porque estamos bien físicamente, el miércoles el equipo puede correr todo el partido sin problema”. Todo lo contrario a lo que ocurrió contra el Halcón: una formación pausada, al trote, tal vez con la cabeza en otro asunto.
Lo mejor del triunfo de Defensa y Justicia
Defensa, en realidad, tampoco actuó con lo mejor, aunque tiene posibilidades de clasificarse a la próxima instancia. Juega entre semana con Always Ready por la Copa Sudamericana, también su prioridad. Como tampoco le sobran soldados, actuó en la batalla de San Lorenzo con algunas armas de siempre y un par de promesas. En plena efervescencia de la Copa de la Liga, en la que solo Godoy Cruz tiene la clasificación asegurada a cuartos de final, dos equipos juegan un sábado a la noche de abril con suplentes y la mente en la crema internacional. Más allá de la falta de dinero y recursos, todo un símbolo de cómo sobrevive nuestro medio.
San Lorenzo tuvo la pelota y la obligación del ataque, del protagonismo, situación que suele incomodar en el ciclo de Insua. De todos modos, en el arranque fue mejor que Defensa, desorientado en tiempo y espacio. Tapia tomó la posta de la conducción, con algunas destrezas, con la determinación de los que creen que tienen talento al servicio de la causa. Duró un suspiro, de todos modos. El desarrollo era bajo, chato.
Con Cannavo por el sector derecho y Herrera por el otro andarivel, Defensa se impuso en el juego ofensivo, pero sin la definición que habitualmente acierta Uvita Fernández. Siguió el suspenso, entonces, hasta el amanecer del segundo capítulo. Un error de Gómez le permitió el grito a Cannavo, luego de ofrecer un rebote sin sentido por un remate de Soto. Enseguida, un penal, marcado por Uvita Fernández, cambió drásticamente la ecuación. En cuatro minutos, el Halcón resolvió el asunto.
Lo que siguió fue la desesperación de San Lorenzo por hacer un gol. No pudo, no supo cómo. Y Defensa y Justicia está a tiro de la clasificación en la zona de Boca, Racing… y compañía.