viernes, 29 noviembre, 2024

Melisa Sala, economista de LCG: Nuestra proyección de inflación de abril se ubica en torno al 9%

En diálogo con Diario RÍO NEGRO, la economista Melisa Sala, de la consultora LCG, abordó algunos de los temas salientes de la coyuntura macroeconómica argentina.

PREGUNTA: El tipo de cambio real multilateral ya está al mismo nivel que antes de la devaluación del 14 de agosto.

RESPUESTA:
Es verdad que la decisión de haber establecido un crawling del 2% sobre el tipo de cambio oficial cuando la inflación corre a 2 dígitos ha erosionado dramáticamente la ganancia de competitividad lograda a partir de la devaluación de diciembre. y eso se refleja en un TCRM que hoy se ubica niveles semejantes a los de agosto último. No obstante, en nuestro informe “¿Está atrasado el tipo de cambio?¿Lo estará en poco tiempo? ¿En qué magnitud?” del 16/4, intentamos demostrar que el indicador del TCRM en estos momentos no termina de ser del todo representativo por distintas cuestiones.

P: ¿Por qué cuestiones?

R:
En la previa a la devaluación, el sector exportador afrontaba un tipo de cambio distinto al oficial a partir de los endulzantes ofrecidos con las distintas versiones del dólar soja y el dólar blend, por lo que la mejora que representó el sinceramiento del dólar oficial fue sensiblemente menor para el sector. Además, para medir adecuadamente la competitividad hay que considerar la dinámica de los costos de cada sector y el indicador resumido de TCRM puede tener sus limitaciones si existe una fuerte disparidad en los precios de los costos, dado que las empresas enfrentan diferentes estructuras. Más concretamente, dado que la evolución de la energía, combustibles, salarios y dólar ha sido tan diferente en los últimos meses, es posible que el IPC no sea un buen indicador para deflactar el dólar y medir la competitividad de las empresas. Dependerá de la estructura de costos de cada una.

Para medir adecuadamente la competitividad hay que considerar la dinámica de los costos de cada sector.

Melisa Sala, economista.

P: ¿Qué esperan entonces que suceda con el dólar oficial en el corto plazo?

R:
En nuestro informe concluimos que 1) para el «sector exportador» la competitividad cambiaria está por debajo de los niveles de noviembre de 2023. Pero no sucede lo mismo con el sector que compite con importaciones, en donde el tipo de cambio subió más y se incrementó el impuesto País; 2) si de abril a junio todos los precios promedian una suba de 8% mensual y el tipo de cambio oficial se mantiene con aumentos del 2%, la pérdida de competitividad respecto de diciembre de 2023 será de aproximadamente 40%;y 3) parados a junio, con salarios reales en mínimos, el sector mano de obra intensivo y el que compite con importaciones tendrán todavía mayores márgenes respecto de momentos de evidente atraso cambiario como noviembre de 2017 o noviembre de 2015. No sucede lo mismo con el agro, cuyos costos están más concentrados en productos dolarizados y en combustibles. Si bien los márgenes elevados en muchos sectores podrían dar aire al gobierno para demorar un nuevo ajuste del tipo de cambio, la situación del agro y la necesidad de acumular reservas podrán ejercer una mayor presión. Pero es posible que a este sector se le busque una solución puntual, ya sea mediante alivios tributarios (retenciones), menores aranceles para sus insumos (al estilo de lo anunciado recientemente por el ministro Caputo), o eventualmente un blend diferente, como ya se hizo en el pasado.

P: La depreciación del real brasileño impacta en Argentina. ¿Consideran que esta situación hace más endeble algún punto del programa económico?

R: En línea con lo anterior, la depreciación del real brasilero ejercerá mayor presión sobre los sectores que exportan directamente a Brasil (por fuera de la industria automotriz que se rige por el flex) y aliviará a los que compiten con el ingreso de productos importados desde allí. Pero entendemos que el efecto es marginal en relación a la apreciación real derivada de la política cambiaria elegida por el gobierno argentino.

La situación del agro y la necesidad de acumular reservas podrán ejercer una mayor presión (cambiaria).

Melisa Sala, economista.

P: El informe de avance de inflación de LCG da cuenta de una importante desaceleración en los precios de alimentos y bebidas. ¿Podemos esperar una inflación de un dígito en abril, pese a la suba de tarifas de servicios públicos?

R:
Nuestra proyección de inflación para abril se ubica en torno a 9%. El relevamiento semanal de precios de LCG refiere exclusivamente a alimentos. Reflejó una marcada desaceleración en marzo y en las primeras dos semanas de abril (nuestra medición se realiza los miércoles) pero se frenó esta semana con una suba del 1,5%. Con esto, la inflación acumulada en el mes asciende a 2,1%. De cerrar en 6% mensual, aportaría 1,9 pp a la inflación general. Por otro lado, la suba de regulados, con aumentos de gas y agua (en la zona del AMBA) liderando, agregaría 7,2 pp a la variación mensual. Esto sin considerar lo anunciado respecto a la reversión de los aumentos en las prepagas, que no está claro todavía si impactan desde abril o con el comienzo de mayo.

P: Desde LCG, ¿cuán necesario y posible ven el desarme de los controles de cambios?

R:
Entendemos que el desarme de las restricciones que operan sobre el mercado de cambios es necesario para consolidar el ingreso de inversión extranjera directa. Pero también vemos que sin la acumulación de reservas tal que permita amortiguar el efecto que podría tener la migración de los pesos que aún siguen excedentes en el mercado, esto se torna muy riesgoso. En parte por esto, el Gobierno sigue, en un contexto de cepo, enfocado en licuar el stock de ahorros en pesos tratando de limitar el poder de una eventual corrida al momento de liberar las restricciones.

9%
Proyección de la inflación de abril de la consultora LCG.

P: Desde el Gobierno han dicho que el objetivo es ir a un sistema de competencia de monedas, incluido el peso argentino. ¿Qué opinión tenés de esto? ¿Y qué implica en ese sentido el proceso de desdolarización actual?

R:
Entendemos que la competencia de monedas no es otra cosa que dejar flotar libremente el tipo de cambio, más allá de habilitar la moneda extranjera como medio generalizado de pagos. En este escenario cabe preguntarse cuál es el objetivo último del del Gobierno para con el peso en esta competencia, ¿qué gane o que pierda? Estar bastardeando el peso con baja nominal de tasas en un contexto de alta inflación, tiene efectos en el corto plazo licuando el stock de riqueza en pesos, pero también tendrá efectos en el largo imponiendo una lenta recuperación de la demanda de dinero. Y en ese escenario de competencia de monedas, el Peso arrancaría perdiendo no solo por la historia pasada sino también por la historia reciente. El proceso de desdolarización actual responde exclusivamente al desarme de posiciones ante la necesidad de pesos que impone la caída de ingresos reales en el caso de las familias, por un exceso de cobertura en la previa en el caso de las empresas y por una expectativa de sostenimiento del crawling en 2% mensual en el corto plazo que habilita la alternativa del carry (con tasas del 5,8% mensual).

PERFIL

Melisa Sala


Melisa Sala se ha graduado con el título de licenciada en economía en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).

Cuenta con un posgrado en economía, realizado en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Actualmente, ocupa el puesto de Economista Principal de la consultora LCG (Labour, Capital & Growth), reconocida nacional e internacionalmente por la calidad de sus pronósticos económicos.


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