«Desde 2015, cada 3 de junio damos un poderoso y feroz grito. Cientos de miles de personas nos encontramos en la calle para ser la voz de quienes ya no la tienen, víctimas de la violencia femicida. Ponemos cuerpo, palabra, banderas y carteles para decir que la violencia machista mata y no sólo cuando el corazón deja de latir. La violencia machista también mata, lentamente, cuando coarta libertades, participación política y social, la chance de inventar otros mundos, otras comunidades, otros vínculos». Así se define el colectivo «Ni Una Menos» que, este lunes, volverá a copar las calles.
En lo que va del año, Argentina registró 89 víctimas de femicidios, según el Registro Nacional de Mumalá (Mujeres de la Matria Latinoamericana). Este informe revela las formas más extremas de violencia de género ocurridas desde el 1 de enero al 30 de mayo en el país, a partir del análisis y monitoreo de medios digitales y gráficos, buscadores, sistema de alertas, seguimiento de organizaciones, portales especializados en género, feminismo, derechos humanos y policiales.
De acuerdo a los datos, desde el primero de enero al 30 de mayo, hubo un femicidio cada 40 horas en el país. Unos 87 niños y adolescentes se quedaron sin madres. Además, se registraron 216 intentos de femicidios.
«Desde 2015, año del primer grito masivo de Ni Una Menos, 2348 fueron las mujeres y disidencias asesinadas por la modalidad más extrema del machismo. Estos dramáticos números expresan también la falta o limitadas políticas públicas de los gobiernos a los cuales les exigimos emergencia nacional«, plantearon desde Mumalá.
Objetaron que «la llegada de Javier Milei y Victoria Villarruel, con sus medidas económicas, políticas, sociales, materiales y simbólicas, expresa el negacionismo de la violencia de género, el odio a las mujeres y a las disidencias sexo genéricas».
De acuerdo a los datos del Registro Nacional, el 56% de los femicidios fueron cometidos por la pareja o la expareja. El 37% de las mujeres fueron asesinadas por un arma blanca y el 60% de los delitos se cometieron en su vivienda. Otro dato llamativo es que el 27% de los femicidios se producen de madrugada.
La edad promedio de las víctimas es de 37 años; mientras que la edad promedio del sujeto femicida es de 41 años. El 15% se suicidó tras cometer el femicidio; un 13% tenía antecedentes penales por violencia de género y, un 8% abusó sexualmente de la víctima.
«Este gobierno multiplica las desigualdades, nos ataca y amenaza buscando debilitar las luchas constantes que venimos dando y que permitieron el avance de derechos«, fustigaron desde la agrupación, al tiempo que calificaron como violencia «la falta de entrega de alimentos a espacios comunitarios, la persecución a las mujeres impulsoras de trabajo social, en comedores comunitarios, la inflación que empobrece nuestros ingresos, eliminar la moratoria previsional, negar que las tareas de cuidado son trabajo, destruir la industria y la obra pública, fuente de trabajo para mujeres y disidencias, eliminar los subsidios al transporte y desmantelar los servicios de prevención y erradicación de las violencias y los dispositivos de ESI».
Insistieron en el reclamo del Observatorio “Mujeres, Disidencias, Derechos” , con base en 20 provincias, al Gobierno Nacional respecto de la declaración de la emergencia nacional en violencias de género a fin de «incrementar y priorizar recursos humanos y económicos para la atención integral de mujeres e integrantes del colectivo».
