En el ámbito policial y del crimen organizado, Elizabeth Llaure Fernández representaba dos mundos opuestos. Para su padre, era la orgullosa hija que siempre quiso ser policía, un sueño que cumplió al ingresar a la institución. Sin embargo, para el mundo del hampa era ‘La Madrina’, una figura clave en la sanguinaria banda trujillana ‘Los Pulpos Nueva Generación’, ya que facilitaba extorsiones, secuestros y asesinatos.
Un informe publicado este viernes en Hildebrandt en sus trece describe que la suboficial de tercera, destacada en la Unidad de Tránsito Nacional en Trujillo, es la mayor de tres hermanas. Su trayectoria comenzó en la comisaría de Cotabambas, en Lima, donde conoció al teniente Ederary Mendoza, con quien tuvo una hija. Pero en 2018, ya destinada a la ciudad norteña, su vida dio un giro radical al conocer a Edward ‘Kukin’ Medina, un supuesto lugarteniente de la banda liderada por Johnson Cruz.
Ese vínculo llevó a Llaure a involucrarse con la organización criminal, al punto que se mudó a Río Seco, el barrio de su compañero. A pesar de conservar su empleo en la policía, su entorno sabía poco sobre sus verdaderas actividades. Aunque su familia la instó a dejar la banda, sus intentos fueron inútiles.
De acuerdo con el reportaje, en septiembre presentó una denuncia de violencia contra Medina, que según las investigaciones, podría haber sido una coartada para su implicación con el grupo criminal, cuyos orígenes se remontan a los años 90. ‘Los pulpos’ habían evolucionado tras la fragmentación liderada por Johnson Cruz y ‘Kukin’ como pieza central.
Este último se encuentra vinculado a 18 homicidios, mientras que las investigaciones señalan a la suboficial en dos asesinatos y un caso de extorsión. La Fiscalía de Crimen Organizado, liderada por el magistrado Alex Santa Cruz, sostiene que Llaure tuvo un rol decisivo en el doble homicidio de Eder Lucio Ro Castillo, alias “Feo”, y Elvis Zambrano Aranda, alias ‘Brigueta’, ocurrido el 24 de septiembre de 2023.
Ambos trabajaban custodiando el fundo San Carlos, terrenos codiciados por el líder de ‘Los Pulpos’. De acuerdo con un colaborador eficaz citado en el informe, la agente habría proporcionado municiones y su arma reglamentaria, una Glock, para facilitar el crimen. Además, se le acusa de informar a la banda sobre operativos policiales. Imágenes revelan a ‘Negrasho’, un sicario de la banda, manipulando un arma que, según el delator, la suboficial entregaba para amparar sus incursiones delictivas.
Otro asesinato vinculado a Llaure es el de Haylander Gutiérrez Rosario, alias ‘Maflow’, quien cayó en desgracia con ‘Kukin’ y ‘Negrasho’. Llaure estuvo con su pareja antes del homicidio, tal como confirmaron cámaras de vigilancia. La Dirección Nacional de Inteligencia (DIRIN) y el Grupo Especial contra el Crimen Organizado (GRECCO) habían puesto a Llaure bajo vigilancia desde junio.
En octubre, ante la sospecha de ser vigilada, la agente dejó de trabajar y recurrió a su colega y cómplice, el suboficial Daniel Saavedra, para investigar posibles requisitorias. Tras confirmar que no había órdenes de captura, Saavedra fue arrestado el 27 de octubre mientras transportaba a ‘Kukin’ en un patrullero.
El operativo del 10 de noviembre finalizó con la captura de Llaure. En su residencia se halló un sistema de cámaras de seguridad cuya evidencia podría implicar a más miembros de la banda. El disco duro que se encontraba escondido entre dos paredes se considera un elemento crucial para la identificación de los demás colaboradores asociados con la red criminal.