El disfrute de la buena comida y, más específicamente, de salir a comer; es uno de los grandes placeres que acompañan el tiempo de descanso. Y en ese camino, Punta del Este se consolida como una de las grandes mecas gourmet del verano. Chefs locales de renombre y también argentinos se combinan para brindar menúes tan ricos como sofisticados.
Sabores orientales
Después de un 2024 exitoso, Osaka decidió repetir la experiencia y nuevamente abrió sus puertas esta temporada en versión esteña. En José Ignacio, el icónico restaurante de cocina nikkei diseñó aquí un espacio relajado que invita a disfrutar desde el atardecer en adelante de sus tragos refrescantes, sus tiraditos, rolls y platos de autor. La cocina está a cargo de Jossefp Reyes y combina técnicas originarias de Japón con sabores e ingredientes peruanos. “Un ambiente casual, buena música, luces tenues y una cosmopolita barra crean una propuesta gastronómica única que toca todos los sentidos”, sostienen sus creadores.
¿Algunos recomendados? No pueden pasarse por alto los ceviches, como el OSK de salmón, quinoa crocante y ponzu, o el Wasabi, con mariscos y pesca del día. Tampoco el tiradito Rocoto Usuzukuri, con pesca del día, pulpo crocante y rocoto ahumado. Y los nigiris incluyen creaciones como el Hotate Truffle, con vieira, manteca de trufa y sal patagónica. Para el final dulce, el Suspiro Nikkei, con manjar de hierba luisa y merengue de té matcha.
Por otro lado, durante enero, la marca también acerca la propuesta de Kero Bar en OVO Beach, uno de los paradores más reconocidos de La Mansa. Aquí se combinará su insignia de cocina nikkei y coctelería de autor con DJs nacionales e internacionales.
También oriundo de Buenos Aires y haciendo pie en la temporada, Norimōto vuelve a desembarcar en la costa esteña, más precisamente en Manantiales. Pionero en el arte de los handrolls, ofrece estas piezas, que se comen con la mano, con una variedad de pescados que van desde atún y pescas blancas a langostinos y vieiras. Además, sus toppings caseros y especiados incorporan sabores exóticos como umami y aceite de trufas. La propuesta se da en una barra al aire libre que abre desde el mediodía hasta noche. Aquí la experiencia es ágil y la maestría del itamae (el maestro tras la preparación de los handrolls) siempre está a la vista.
Y siguiendo con el plan de la cocina nikkei y el sushi de autor, Fabric Nikkei Sushi Bar abrió sus puertas en Casa Mar. Entre lámparas de yute, textiles suaves y mucha madera, el espacio respira espíritu playero e invita a disfrutarse durante todo el día. Sushi y nigiris, ceviches, tartares y platos calientes combinan tradición y creatividad. Además de la carta tradicional, hay un apartado con un menú pensado especialmente para disfrutar en la playa. La cita es en la Ruta 10, parada 48, La Barra, y hasta es abierta a las mascotas, ya que el parador es pet friendly.
De pescados y tragos
Las propuestas locales también se destacan y tienen su propio club de fans. Como Marismo, la creación de Federico Desseno y Natasha Desantadina, que ya tiene más de 20 años cautivando con sus platos de productos locales, frescos y de estación, pero siempre con una genial vuelta de tuerca y hechos al horno de leña. En los médanos de José Ignacio y en un entorno agreste, la invitación es a comer con los pies en la arena, bajo las estrellas y al abrigo de un cálido fogón. El talento de Desseno, un argentino que llegó hace décadas a Punta del Este y se enamoró de la vida junto al mar, asegura que además del menú siempre hay sugerencias especiales a las que vale la pena atender.
Hacia la zona de La Juanita, Gurisa, inaugurado la temporada pasada, este año abre sus puertas con un espacio tres veces mayor. En una casa plena de madera, piedra y un verde casi selvático, este verano propone una carta que fusiona lo mejor de la cocina cordillerana con los sabores del mar locales. La materia prima es 100% de cercanía, trabajada junto a huerteros y pescadores de la zona. La labor está a cargo de Lucas Bustos, pero además el 10 y 11 de enero recibirá al chef español Aarón Ortiz, reconocido con una estrella Michelin, para cocinar a cuatro manos.
Aquí otra de las novedades es el lanzamiento de un after dinner, pensado para prolongar las noches de verano en un ambiente íntimo y relajado. Esto se combina con el ya existente bar Guri, que ofrece coctelería de autor con tragos clásicos y reinterpretaciones modernas.
Mientras, en la zona más tradicional de Punta del Este, a la altura de la parada 5 de La Mansa, puede encontrarse Casa Proa, construida en una casona antigua reacondicionada. “Nació de la amistad y las ganas de tres amigos puntaesteños de toda la vida. Nos dimos cuenta de que faltaba ese barcito que no solo funcione en verano, sino que también sea un lugar para refugiarse durante el año, cuando no queda nadie. Así que nos tiramos al agua y armamos un lugar que tiene de todo un poco y mucho de lo que siempre soñamos”, describen sus creadores.
La propuesta es simple pero con amor: tapas, platos principales, pizzas del horno que salen humeando y una parrilla siempre prendida. El lugar termina de conquistar con su espacio al aire libre, su invernadero con enredaderas y su barra rescatada de un mítimo hotel de la ciudad. También con su música en vivo, porque siempre están dispuestos a apoyar a los artistas locales y dejar que el arte le dé alma al lugar.
De Brasil y Portugal
Y hasta las influencias de tierras más lejanas llegan para disfrutarse en Punta del Este. Es el caso de Essencial, originariamente de Lisboa, Portugal, creado por el chef André Lança Cordeiro y también con sucursal en Las Musas, José Ignacio, desde el 27 de diciembre hasta el 31 de enero.
El sello portugués es una cocina contemporánea que resalta los sabores de los productos, centrándose en una oferta que varía según las estaciones. Y la propuesta de este verano es traer esa misma impronta a Uruguay. En Las Musas, la cita contempla a 70 personas entre el interior y la amplia galería exterior, en los que disfrutar almuerzos frescos y cenas de bistró. El chef creará un menú inspirado en productos locales, con almuerzos diseñados para compartir y centrados en pesca local, carnes y vegetales de la huerta. Por la noche, en tanto, se presenta la carta insignia traída desde Lisboa: un menú de tres pasos con opciones de entrada, plato principal y postre. Todo pensado para disfrutar en esta chacra marítima de silencio profundo y vegetación generosa.
Finalmente, tampoco podía faltar la propuesta de Fasano Punta del Este, uno de los hoteles de lujo que siempre es una pieza fundamental de la movida esteña, parte de la colección Fasano oriunda de Brasil. En esta temporada, y como marca de la importancia que se le da a la gastronomía en el sello, quien vino a cocinar es Luca Gozzani, chef ejecutivo del grupo Fasano.
Fue durante un viaje a Italia que este cocinero conoció al hotelero Gero Fasano, quien pronto le propuso dirigir la cocina de Fasano Al Mare, en Río de Janeiro. Y tras seis años en ese puesto, fue llamado para hacerse cargo del Restaurante Fasano en San Pablo. El chef ha ganado varios premios, incluida una estrella de la guía Michelin, y se propone deslumbrar con ese mismo talento a los huéspedes y visitantes de este fascinante hotel en la zona más virgen y agreste de La Barra.
De la Punta a José Ignacio, el balneario esteño bulle de opciones para deleitarse con lo mejor de la gastronomía de autor. Porque además de momentos para el descanso y el relax, las buenas vacaciones también pueden incluir un disfrute más foodie y gourmet.