jueves, 16 enero, 2025

Retenciones agropecuarias: robo o democratización?

Al campo que trabaja los números no le están cerrando, especialmente a los que arriendan tierras para sembrar y a los proveedores de insumos. Por eso se declararon en cesación de pagos pools de siembra como Los Grobos S.A. o Balsuar, o proveedores como Red Surco S.A. y Agrofina SA. El campo no es uno solo, ni todos son lo mismo. El 70% de la agricultura se hace sobre tierras alquiladas. A los rentistas, grandes o pequeños, los números le siguen cerrando, aunque su renta se haya reducido. ¿Por qué? Es sencillo: sin mover un dedo ni arriesgar nada reciben entre 12 a 20 quintales de soja de arrendamiento por hectárea. Ser rentista no es ser productor.

A pesar del desastroso combo que incluye atraso cambiario, inflación en dólares, sequía y retenciones universales, la beligerancia de la Mesa de Enlace es nula. (Sólo la reservan para los gobiernos peronistas, aunque los beneficien). Siendo este un gobierno por el cual militó toda la dirigencia agraria, ante tamaña crisis esta no tuvo más remedio que plantear su reclamo -modesto, sólo circunscripto a las retenciones- con el viejo argumento de que son un robo.

Varias veces dijimos en estas páginas que los Derechos de Exportación (DEX) son un instrumento de política económica, no un fin en sí mismo. Fue la derecha la que inteligentemente los transformó en un objetivo político per se, una especie de tótem en torno al cual lograron encolumnar a todo el universo anti K. Engañaron así a productores de diversos tamaños; a las clases medias urbanas siempre soñando con algo más de tierra que las de sus macetas; y a políticos propensos a decir lo que les dictan los grandes medios. Sumado esto, a la traición de la Federación Agraria Argentina que se pasó de bando, convirtiéndose en vocera y fuerza de choque de los intereses que nació para combatir. Asi, el debate por las retenciones se transformó en cualquier cosa menos en algo serio, con propuestas fundadas.

Las retenciones son como un cuchillo, puede servir para comer un asado en familia o para matar. Por eso es central precisar el objetivo económico o político que se busca con ellas. No da igual ni significa lo mismo cobrarle un 33% de retenciones a MSU S.A. (que trabaja más de 200,000 hectáreas) que al que siembra 50 -propias o arrendadas- o al rentista que cobra su alquiler en producto o valor soja. ¿Se imaginan la brutal transferencia de ingresos a los rentistas, que implica bajar las retenciones sin segmentar? De un plumazo les aumenta el 33% de lo que perciben por el alquiler de sus tierras. Un premio disparatado para el sector más parasitario de la sociedad. Medida más reaccionaria y pro terrateniente no se consigue, aunque sectores del PJ y de la dirigencia federada la militan con ahínco! ¿Es solo confusión ideológica?

Mientras existan las retenciones, deben ser móviles y segmentadas: es la forma más justa y lógica de bajarlas y/o eliminarlas. Durante los 90, Menem-Cavallo-Solá las sacaron ¿Cuál fue el resultado? Desaparecieron 103.000 chacras mixtas, se hipotecaron 12.500.000 hectáreas solo en el Banco Nación, se pulverizaron 900.000 puestos de trabajo y 600 pueblos se transformaron en “pueblo fantasmas”. Pueden preguntarle al Movimiento de Mujeres en Lucha lo que significó ese desastre. Todo fue ejecutado con retenciones cero. Duhalde las reinstaló a pedido del FMI; Macri las saco y las volvió a poner cuando nos entregó al Fondo. Nadie hizo más por la permanencia de las retenciones que el endeudamiento externo. Es lo que siempre reclaman los usureros: retenciones para garantizar el pago de la deuda.

Sólo Néstor y CFK usaron las retenciones para redistribuir internamente la renta. Ejemplo: obra pública y AUH. Ese es un detalle no menor en el debate: deben ser coparticipadas teniendo en cuenta el origen de su producción, al igual que la renta petrolera. En marzo del 2009 por decisión política, CFK las coparticipó en un 30% a municipios y comunas, con el fin específico de que fueran aplicadas a obras de infraestructura. Esto lo derogó Macri ni bien asumió. He visto a más de un intendente radical llorar por esta decisión. Sin embargo no dijeron una palabra. Para demonizar al K todo vale.

Veamos algunos fines de las retenciones que nunca son analizados ni valorizados: 1) Pueden ser meramente recaudatorios. 2) Pueden servir para desagregar los precios internos de los externos. 3) Para proteger a algún sujeto agrario determinado. ejemplo al chacarero genuino frente al pool de siembra. 4) Para redistribuir la renta intra sector. Esto significa cobrar a los grandes, y dirigir a la Agricultura Familiar vía créditos o programas. 5) Destinar al pago de la deuda externa, tal como hizo Macri y ahora Milei. 6) Proteger un cultivo determinado. 7) Resguardar la producción de una zona geográfica, por ejemplo las cuencas lecheras. 8) Castigar económicamente las deforestaciones. 9) Si se segmentan, sirven para proteger al productor genuino, del rentista o de la voracidad de pools y terratenientes. No hay agricultura familiar, chacarera o campesina sin un estado que regule. Y la segmentación de las retenciones es un instrumento ideal para defenderlas.

Sin las retenciones, en la Argentina no quedaría un solo pequeño productor alquilando tierras. Esto es así aunque lo nieguen los comunicadores interesados, que repiten como una letanía “las retenciones son un robo”. No se les cae una idea ni por milagro.

La tierra es un bien finito, no se puede fabricar más; hay la que hay. Más acaparan los grandes grupos de siembra, menos queda para los chacareros genuinos. Por eso decimos que el Estado regulando es clave para una agricultura democrática y la segmentación es un instrumento de primer orden para poner límites a la concentración de tierras y rentas.

Si de golpe todos los grandes grupos de siembra (que no son más de 8 o 9 mil empresas) obtienen un 33% más de ingresos por hacer lo mismo que venían haciendo: dónde se imaginan que va a ir semejante masa de dinero? O por las tierras que trabajan los más chicos (más concentración) o a la fuga. ¡Nunca a poner una fábrica para dar trabajo! Por eso atacan tanto la idea de segmentar.

Las retenciones siempre las paga el productor primario, cualquiera sea su tamaño. Decir que son las exportadoras de granos quienes las asumen, es un grave error o una tergiversación interesada. Siempre el eslabón superior las descarga en el inferior. Es precio internacional menos retenciones, fletes y otros gastos como se construye el precio a pagar al productor primario.

Las retenciones no son un robo: son un instrumento que hay que usar correctamente. Segmentar es una de las formas más virtuosas de aplicarlas, ya que generarán mayor justicia tributaria. Cobrar a todos por igual es una de las políticas más retrógradas y reaccionarias. Y es lo que genera su rechazo en sectores que deberían reivindicarlas, si defendieran honestamente los intereses del sector. Es una lección que el peronismo y todo el campo nacional y popular debe aprender de una buena vez. Hay que abandonar la huella del sentido común agrario impuesto por los grandes medios de comunicación y la Mesa de Enlace, con su patrullaje ideológico a favor de la antipatria.  

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