miércoles, 16 abril, 2025

El Gobierno vivió con euforia la salida del cepo y aprovechó para retomar el discurso de confrontación

En el primer día de la puesta en marcha de la salida del cepo cambiario, el Gobierno vivió con euforia el inicio de los mercados y aprovechó para retomar la agenda de la confrontación política con quienes habían cuestionado al plan económico.

Los funcionarios que llegaron durante la mañana a Balcarce 50 siguieron de cerca las primeras operaciones financieras, en medio de los nervios sobre cuál sería el acompañamiento externo a la doble jugada de Javier Milei, quien comunicó el viernes el acuerdo con el FMI y el fin de la mayoría de las restricciones cambiarias.

Como en la mayoría de las decisiones del Ejecutivo, la estrategia fue cerrar filas y no ahorrar elogios al ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. “Es la mejor salida del cepo de la historia”, alardeaban alfiles del Presidente, al ver cómo rápidamente el dólar oficial bajaba de 1250 pesos, cotización de la apertura de la jornada, a $1190, para luego ubicarse en $1230 al cierre de la jornada. “Esto es para los economistas que sembraron terror, todo marcha acorde al plan”, reforzaban, exultantes, antes de que el propio Milei irrumpiera públicamente para ponerse al frente de la defensa discursiva de la movida.

«El que compró a $1.250 a tener que vender», desafiaban distintos colaboradores del líder libertario en los pasillos de Casa Rosada.

Para los asesores políticos del mandatario, el dólar oficial va a mantener la tendencia de ir “más al piso que al techo” porque “el plan es consistente”. «Todo lo que dijimos que iba a pasar, está pasando», celebraban desde el círculo íntimo de Milei, donde hasta jugaban con la posibilidad de que el Banco Central debiera ponerse en “modo comprador” para evitar que el dólar se derrumbara y así se respetara el margen inferior de la banda cambiaria anunciada el viernes.

En el Gobierno salieron a dar la batalla cultural contra economistas que alertan que el sistema de bandas implica una devaluación y que generará una suba de precios generalizada, aunque reconocen algunos impactos específicos. “Una cosa es la tasa de inflación y otra cosa son los precios nominales de la economía. Seguro habrá un aumento en algunos sectores puntuales de la economía, pero no será la regla», aseguraron cerca del Presidente.

Incluso, Milei encabezó esa cruzada en un día que resultaba una prueba de fuego para el Ejecutivo.

«Hoy somos más libres, hemos roto otra cadena más, una de las más pesadas y difíciles. Este cepo que se puso en el final del Gobierno de (Mauricio) Macri, con Hernán Lacunza, generando un monstruo cambiario que además defaulteó la deuda en peso, algo inédito. Y después el kirchnerismo hizo del cepo que Alcatraz pareciera un juego de niños», ironizó el jefe de Estado, en diálogo con El Observador Radio. Fue, en efecto, un dardo por elevación que sirvió para diferenciarse de la gestión económica del PRO.

Los cuestionamientos de Milei a Lacunza surgen luego de que el ex ministro de Economía saliera a decir que la salida del cepo “no se dio en el mejor momento” económico del gobierno libertario, indicando que el levantamiento de las restricciones se precipitó por supuestos errores en las planificaciones del equipo económico.

“Desarmar este cepo implicaba quitar varias capas, cosas que empezamos a hacer desde el primer día y hoy definitivamente liberamos el mercado de cambios, sin especulación política”, aseguró Milei, quien volvió a diferenciar este acuerdo con el FMI con los anteriores programas en la historia de Argentina. “Esto no lo viste nunca en tu vida. Esa es la gran diferencia de este programa con todos los otros programas del Fondo. Sobrecumplimos todas las metas que nos planteó el Fondo, armamos un programa con el FMI que no es para financiar al fisco ni desequilibrios, sino que está armado para recapitalizar el Banco Central», agregó.

Más allá de mostrarse imperturbable y seguro de la eficacia del plan, Milei jugó una ficha al anunciar el regreso de la suba de las retenciones, como una manera de presionar al agro a apurarse a ingresar sus dólares. “En junio vuelven las retenciones que se bajaron temporariamente. Así que los exportadores mejor que se apuren a liquidar«, advirtió.

Como anécdota que la máxima tensión terminó girando por fuera de la economía. Es que en el marco de la visita del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, se encendieron las alertas cuando se sintió una ruidosa marcha a escasos metros de la Casa Rosada, que obligó a un rápido despliegue de los efectivos federales que aplicaron el protocolo antipiquetes. Se trató de una protesta de transportistas que trabajan con personas con discapacidad. Visibilizaron su reclamo para un aumento en el valor de sus prestaciones. Sin embargo, tras algunos minutos de cruces con la policía, el Gobierno logró desarticularla a tiempo para evitar momentos de mayor zozobra y despejar la calle para la llegada de Bessent.

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