Una acción de un conductor en el condado de Los Ángeles tuvo un final exitoso para la población migrante. El hombre se plantó frente a cinco vehículos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) y les impidió el paso para realizar una redada.
Alfredo Contreras, conductor de St. John’s Community Health, escuchó que los agentes federales se aproximaban a la ciudad de Downey, ubicada en el condado de Los Ángeles, por lo que decidió actuar rápido. El trabajador interpuso su camioneta en el estacionamiento frente a un centro de rehabilitación junto a un guardia de seguridad, la mañana del miércoles 11 de junio pasado.
Según relató Cal Matters, cinco vehículos del ICE llegaron al lugar de California, pero se encontraron con los dos hombres que bloquearon la entrada del centro de rehabilitación de adicciones. Así, ambos aguardaron y se prepararon para impedir el paso a los agentes a menos que tuvieran una orden judicial.
Tras unos minutos, los vehículos oficiales se retiraron del lugar. “Le dije [al guardia de seguridad]: ‘No te preocupes, no pueden entrar sin una orden judicial’. Así que estoy seguro de que ellos [los agentes] podían oírnos, porque tenían las ventanas bajadas”, señaló Contreras al medio mencionado.
El centro médico contaba con la presencia de pacientes en aquel momento y los miembros del personal les informaron de la situación, pero instaron a mantener la calma. “Es la primera vez que se acercan tanto a la clínica o a nosotros, que brindamos servicios de salud”, puntualizó el director ejecutivo de St. John’s Community Health, Jim Mangia, sobre los oficiales migratorios. Este servicio de unidad móvil opera en alrededor de 28 centros de la zona.
El condado de Los Ángeles se convirtió en uno de los principales focos del ICE, dado que posee una gran parte de población de origen migrante. En junio pasado, la ciudad protagonizó protestas de esta comunidad contra los operativos de los agentes, que realizaron detenciones de los habitantes, incluso de aquellos que poseían estatus legal y no contaban con antecedentes penales.
Anteriormente, los centros médicos eran catalogados como “lugares sensibles”, así como las iglesias o escuelas, donde los agentes federales no tenían permitido realizar detenciones, pero Donald Trump derogó esa norma.
Por su parte, la secretaria adjunta de Asuntos Públicos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), Tricia McLaughlin, señaló a Cal Matters que el objetivo de este tipo de operativos es “proteger a los estadounidenses” que acuden a esos centros, “al evitar que delincuentes extranjeros y pandilleros exploten estos lugares y se refugien allí“.
En tanto, el portavoz de la Asociación de Hospitales del Sur de California, Adam Blackstone, apuntó que algunos centros hospitalarios del estado “han informado de una disminución en el volumen de atención en las salas de emergencia”. También destacó: “Esto aumenta nuestra preocupación de que las personas puedan estar retrasando la atención necesaria por miedo”.