Juicio a Dani Alves, el día final: quién es quién en la jornada clave que define la libertad o la prisión del ex futbolista brasilero

Dani Alves dará este miércoles su versión definitiva sobre lo que ocurrió en la madrugada del 31 de diciembre de 2022 en un baño vip de una disco de Barcelona, donde permaneció 16 minutos encerrado con una chica que lo denunció por violación.

En prisión preventiva desde hace más de un año, el ex jugador de fútbol dará su testimonio ante el tribunal de la sección 21 de la Audiencia de Barcelona que lo está juzgando por un delito de agresión sexual.

La Fiscalía pide para Alves una condena de 9 años de prisión. La abogada defensora de la joven que lo denunció, 12.

Este miércoles, tercer y último día del juicio oral, será crucial la consideración del tribunal en un concepto, tan abstracto como contundente, que puede definir el destino del acusado: el consentimiento.

La mujer de Dani Alves, Joana Sanz del brazo con la madre del futbolista, Dona Lucía, salen de la Audiencia de Barcelona. Foto: EFELa mujer de Dani Alves, Joana Sanz del brazo con la madre del futbolista, Dona Lucía, salen de la Audiencia de Barcelona. Foto: EFELa denuncia de la chica, que por entonces tenía 23 años, y la agresión sexual que ella declaró haber sufrido se produjeron cuando la nueva legislación sobre delitos sexuales estaba vigente.

La ley orgánica de garantía integral de la libertad sexual, que en España se conoce como “ley del sólo sí es sí”, generó polémica -por la involuntaria modificación de penas para agresores sexuales que se vieron favorecidos- pero cambió el foco a debatir sobre delitos de índole sexual.

Para la nueva ley, la clave está en el “sí” indispensable para que todo contacto físico entre dos personas no sea considerado un delito.

Ese consentimiento, por otra parte, debe ser libre, claro y explícito.

“Sólo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona”, señala el texto de la ley.

Según el testimonio de la chica que acusa al ex defensor del Barça, Alves le hizo señas para que se acercara hasta dónde él estaba, la hizo cruzar una puerta que ella desconocía a dónde conducía y la encerró con él en un baño diminuto. Allí la habría maltratado, insultado, golpeado y violado.

La abogada Inés Guardiola, que defiende a Dani Alves. Foto: EFELa abogada Inés Guardiola, que defiende a Dani Alves. Foto: EFELa joven sostuvo esta versión desde que realizó la denuncia, en enero del año pasado.

Las declaraciones que complican a Dani Alves

Los testigos que pasaron por la Audiencia de Barcelona esta semana -su amiga, su prima, empleados de la discoteca y policías catalanes que la asistieron-, aportaron declaraciones que confirman lo que la chica dijo desde el primer día.

No fue el caso de Alves. Tal vez mal asesorado, el ex futbolista subestimó la denuncia inicial, negó conocer a la joven y cuando finalmente admitió haber tenido sexo con ella -hay material genético que la instrucción de la causa recogió en el baño donde estuvo encerrado con la chica y en su vestido- siempre sostuvo que fue de mutuo acuerdo.

El lunes, durante el primer día del juicio, la abogada del ex jugador le preguntó a la prima de la denunciante: “¿Le dijo su prima que entró voluntariamente al baño?”.

“Sí”, fue la respuesta.

La defensa de Alves apuesta, además, a reforzar la tesis según la cual el brasileño estaba muy borracho aquella madrugada de fin de año.

El testimonio que su mujer, la modelo Joana Sanz, dio el martes ante el tribunal y el de Bruno, el amigo que estaba con él aquella noche en la disco Sutton de Barcelona, reforzaron la presunta ebriedad del ex futbolista.

De qué se trata el protocolo «no callamos»

Otro aspecto decisivo a la hora de asistir a la joven y recolectar posibles pruebas que sustenten la declaración de la denunciante fue la instantánea aplicación del protocolo “No callamos” por parte de la discoteca.

Se trata de un protocolo activo en locales nocturnos del Ayuntamiento de Barcelona desde 2018 y que consiste en que los boliches cuenten con personal capacitado para reaccionar ante posibles violencias sexuales.

En el caso Alves, el personal de la disco Sutton sabía cómo actuar y, de inmediato, llamó a los Mossos d’ Esquadra, la policía regional catalana. Apenas detectaron a la chica sentada en una escalera llorando, la asistieron.

Alves, en un gesto que deja claro que comienza a entender el problema que atraviesa. Foto: EFEAlves, en un gesto que deja claro que comienza a entender el problema que atraviesa. Foto: EFE

“No me van a creer, no me van a creer”

Es lo que gritaba la joven desconsolada cuando su amiga, su prima y el personal que aplicó el protocolo le recomendaron realizar la denuncia.

La credibilidad de una presunta víctima es otro de los aspectos que refuerza la ley del sólo sí es sí.

Por esa frágil veracidad que en el imaginario colectivo social solía cosechar la acusación de una posible víctima de violación, la chica que denunció a Dani Alves dijo, en un principio, que renunciaba a todo tipo de indemnización. Sólo quería que le creyeran y que su agresor, por más que fuera una estrella del fútbol, fuera preso.

La nueva ley del sólo sí es sí prevé que se pueda revocar esa negativa inicial: considera que puede ser una decisión apresurada y atravesada por el estrés traumático.

La denunciante de Alves le reclama hoy una indemnización de 150 mil euros.

El lunes, cuando comenzó esta audiencia pública, Dani Alves pidió declarar al final de los tres días de juicio y el tribunal se lo concedió. Hablará después de haber dado, en este último año, cinco versiones diferentes de lo que sucedió en el baño de la disco y de haber escuchado, en estos tres días, a casi treinta testigos

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